Aromaterapia y Aromatología

Aromaterapia

La Aromaterapia es una de las terapias naturales derivadas de la Fitoterapia o Herbolaria, que se basa en el uso terapéutico de los aceites esenciales y esencias que las plantas producen y que se extraen normalmente por destilación al vapor de agua (aceites esenciales e hidrolatos) o por expresión del pericarpio de los cítricos (esencias).

Según nuestra Asociación, la definimos así en el artículo 3 de los Estatutos:

«Terapia natural basada en el uso de aceites esenciales, esencias vegetales, hidrolatos, aceites vegetales, absolutos y extractos al CO2 totalmente naturales y que no han sufrido ningún tipo de manipulación, rectificación, adulteración ni dilución previa al uso profesional. Dichos extractos han de ser auténticos (es decir puros y provenientes de la planta que les da su nombre, identificada por su nombre botánico oficial y su bioespecificidad bioquímica si procede -quimiotipo-). La Aromaterapia busca el restablecimiento del equilibrio perdido (físico, mental, emocional, espiritual) y el bienestar de las personas que la practican. Generalmente se aplica por vía externa y requiere de una formación profesional mínima de 200 horas siguiendo los estándares formativos de la Asociación.»

Existen varias escuelas o formas de entenderla, por lo que sería más correcto hablar de «Aromaterapias» que de «Aromaterapia» en general. Las más importantes en estos momentos son la Francesa y la Anglosajona.

El témenta-piperitarmino fué acuñado por el químico francés René Maurice Gatefossé a principios del siglo XX, y fue un neologismo que puede inducir a errores, ya que el término parece que nos remite a los «olores que curan», cuando los aceites esenciales se aplican por todas las vías (internas y externas y de diferentes modos), es decir, la vía olfativa sólo es uno de los posibles recursos, no siempre el mejor o más eficiente.

Es importante hacer notar que «no todo lo que huele es aromaterapia» y que desde los orígenes fundacionales de la actual Aromaterapia, sólo se trabaja con productos naturales y de máxima calidad, siendo en las últimas décadas muy importante tener en cuenta el tipo de planta destilada, el proceso y tiempo de destilación y posteriores cuidados que la materia prima precisa para obtenerse una máxima calidad.

Quedan excluidos en todos los casos los productos químicos aromáticos artificiales: esencias de perfumería, cosmética, alimentación o farmacia que pueden ser desde 100% artificiales a estar mezclados con materias primas naturales en mayor o menor proporción.

Por supuesto, las esencias empleadas para la ambientación industrial (100% artificiales y muy agresivas para la salud humana) no merecen el término de «Aromaterapia» del que tanto uso y abuso se produce en la actualidad.

Aromatología

La Aromatología consistiría en el estudio de los aromas naturales que producen las plantas, a nivel general, pero con un enfoque muy dirigido a la parte terapéutica y de beneficio hacia el ser humano y que puede extenderse también a los reinos animal y vegetal.

Según nuestra Asociación, la definimos así en el artículo 3 de los Estatutos:

«El conocimiento y estudio de los aceites esenciales y otros aromas y extractos naturales que las plantas producen con el fin de encontrar sus aplicaciones prácticas y beneficiosas para el ser humano, los animales y las plantas, en todos los ámbitos de su existencia (material-mental-emocional-espiritual). Dichos extractos han de ser auténticos (es decir puros y provenientes de la planta que les da su nombre, identificada por su nombre botánico oficial y su bioespecificidad bioquímica si procede -quimiotipo-). No se consideran materiales de estudio y conocimiento los aromas artificiales ni cualquier otra sustancia aromática que no sea estrictamente de origen natural y vegetal.

Se aplica por todas las vías y requiere de una formación profesional de Aromaterapeuta, siguiendo los estándares de la Asociación, más un programa de Aromatólogo mínimo de 500 horas siguiendo los estándares formativos de la Asociación

El profesional aromatólogo es entonces un experto/a en el uso de aceites esenciales y otros extractos aromáticos vegetales naturales, caracterizados por un aroma intenso, y que pueden aplicarse en diferentes ámbitos de la actividad humana: terapia, bienestar, cuidados y prevención de la salud, ocio, alimentación, arte, etc., sin mayor limitación que el no dañar a la persona, animal o planta que los recibe.

neroliRequiere pues de un nivel de estudio y conocimiento superior al profesional aromaterapeuta, que por ejemplo, trabaja exclusivamente por vía externa con aceites esenciales con un enfoque terapéutico, estético u holístico.

Si bien podemos encontrar distintas interpretaciones y usos para este término (totalmente válidas, esta es nuestra opción), es en la década de los 90 cuando ciertos aromaterapeutas anglosajones se interesan por integrar los conocimientos y prácticas de la medicina aromática francesa a su forma de aplicación limitada a la vía externa y dosis bajas. De esta integración surgió el concepto de «Aromatología» que defendemos, donde el profesional aplica los aceites esenciales de las más diversas formas y maneras, puesto que tiene la formación y experiencias suficientes para ello.

Es también interesante observar que en el entorno social actual, con una creciente represión oficial hacia las llamadas «terapias alternativas» (sic) que son realmente «terapias naturales» y que han sido el recurso terapéutico principal de la humanidad durante milenios, cualquier figura (terapeuta) que trabaje en entornos terapéuticos y no sea médico, tiende a sufrir cada vez más acoso, persecución, denuncias y problemas de todo tipo.

Sería entonces interesante tener en cuenta la posibilidad de cambiar el término «aromaterapeuta» por aromatólogo/a, es decir, los que estudiamos y conocemos los aromas naturales y sus distintas aplicaciones.

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